martes, 8 de octubre de 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
“Diversidad y educación inclusiva: un desafío para los sistemas educativos actuales”.
Autora: Patricia Anahi Quiñones
Escalante
Fecha: 5 de septiembre de 2013
Edición especial. Número: 1
¿Por
qué se está apostando por una educación en la diversidad por medio de la
inclusión y por qué es esto un desafío
para los sistemas de educación? Me parece que para hablar de este tema es importante definir los dos conceptos
centrales en esta pregunta. Pilar Arnaiz (2005) en su texto “sobre la atención a la diversidad" define
la diversidad como
“…una condición inherente al ser humano. Se sustenta en el respeto a las
diferencias individuales y las tiene en cuenta a la hora de aprender…”
Ahora,
según esta misma autora “El concepto de inclusión comunica más claramente y con mayor exactitud,
que todos los niños necesitan estar incluidos en la vida educativa y social de
las escuelas del barrio, y en la sociedad en general, no únicamente dentro de
la escuela ordinaria.”
Antes se
manejaban otros conceptos como el de integración
y escuelas compensatorias al hablar de educar a personas con alguna
discapacidad o barrera de aprendizaje; sin embargo, se ha ido dejando de
utilizar estas definiciones, ya que más que propiciar una educación para todos
se favorecían prácticas de exclusión.
Es por esto
que desde hace unos años se empezó a optar por una educación en la diversidad,
para así llegar a una calidad educativa. Este camino hacia la calidad de la
educación ha sido largo y en nuestro país y en América Latina aun nos falta
mucho por hacer y esquemas por cambiar.
Pero, ¿en
donde podemos ver manifestada la diversidad?: La podemos ver en la diversidad
de ideas, experiencias y actitudes previas de las personas, debido a que cada quien ante un
nuevo contenido tiene unos registros previos
diferentes; diversidad de estilos de
aprendizaje, ocasionada por las diferentes maneras de aprender, ya se
refiera a los estilos de pensamiento (inducción, deducción, pensamiento
crítico), a la estrategias de aprendizaje, a las relaciones de comunicación
establecidas (trabajo cooperativo, individual) y a los procedimientos
lingüísticos que mejor dominen; diversidad
de ritmos, cada persona necesita un tiempo para asimilar el
conocimiento; diversidad de intereses,
motivaciones y expectativas, en cuanto a los contenidos y a los métodos;
y diversidad de capacidades y de
ritmos de desarrollo
Cuando educamos en la diversidad
se da una verdadera inclusión dentro del aula, no porque un alumno tenga una
discapacidad física o de otro tipo deberá tratársele como incapaz de hacer las
cosas y mucho menos deberá ser segregado o discriminado por los demás alumnos o
el maestro, ya que la educación en la diversidad se trata precisamente de que
se respete a todos y se les trate con igualdad y equidad ya que en la Convención sobre los
Derechos del Niño (ONU 1989) en el art 23 se estableció que los Estados reconocen
que el niño mental o físicamente impedido debe disfrutar de una vida plena,
decente en condiciones que aseguren su dignidad y le permitan llegar a la
autonomía y con esto facilitar la participación activa en su comunidad.
Pero actualmente, a pesar de los avances que
se han dado con respecto a este tema, la
educación en la diversidad aún enfrenta barreras que será necesario afrontar;
las barreras culturales pueden ser el rechazo de personas que no son de nuestra
misma raza, país, costumbres, religión o que no hablan el mismo idioma que
nosotros; las barreras sociales puede ser
el rechazo a personas que no pertenecen a nuestro circulo o clase
social, tanto que los “ricos” rechacen a quienes consideran “pobres” o
viceversa; y también otra barrera que es la discriminación a personas con
discapacidad física, intelectual, visual, auditiva, etc.
No será más que por medio de la educación
inclusiva que podremos derribar estas barreras que han existido desde el
principio de los tiempos y que vienen de nuestra condición de seres humanos y
de nuestra necesidad de excluir o repudiar lo que nos parece diferente; la
inclusión educativa implicará no solo un cambio en los programas de
educación, primero y más importante que
nada, representa un cambio de actitud, implica cambiar nuestra forma de pensar,
implica empezar a vivir realmente en valores y sobre todo implica reconocer que
todos somos humanos y que aunque todos somos únicos, merecemos realizarnos como
personas.
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